jueves, 9 de agosto de 2012

FOTOGRAFÍA NOCTURNA


La fotografía nocturna es una modalidad de la fotografía en la que se incrementa la creatividad y se prueban los conocimientos técnicos sobre la luz y sus cualidades. Es además una actividad que suele ser divertida, especialmente si hace en grupo.

Anoche fui, una vez más, con mis buenos amigos Raúl González y Alfonso Lario, a hacer fotos nocturnas a la Ermita Nova del Chapitel, en el río Monnegre. Tras llegar al lugar, lo primero que hicimos fue una preliminar y rápida inspección exterior de la construcción e, inmediatamente, cenar (que lo que va davant, va davant) mientras esperábamos a que oscureciera más. Pudimos escuchar cómo cantaba un autillo y observar el paso de un murciélago de buen tamaño, mucho mayor que los pipistrellus.

Buscando puntos de vista. Foto: Raúl González

La mezcla de alta temperatura y alta humedad ambiental creó un ambiente de bochorno. Las nubes iban tapando a ratos las estrellas y daban al cielo un aspecto lechoso que no nos venía bien pero, es lo que hay y no se puede modificar, así que toca intentar sacar el máximo provecho de la situación. La Luna no aparecería hasta poco antes de la una de la madrugada.

Todo lo contrario nos encontramos en la anterior salida “a nocturnas” que hicimos en Marzo en La Carrasqueta y en la que contamos con un frío pelón y un cielo despejado y tan estrellado que, como hizo Dave Bowman en 2001: una odisea del espacio, pudimos decir "Dios mío, está lleno de estrellas."

Otra vez, en el Monnegre pero más aguas arriba, mientras preparábamos las cámaras, fuimos atacados por una persistente nube de insectos, quizás atraídos por la luz de los frontales.

Cada salida es diferente.

Ingredientes fundamentales para hacer este plato:

-Cámara réflex (con objetivo, claro)
-Trípode (que merezca llamarse así)
-Cable disparador (de cable o remoto)
-Flash (con pilas)
-Linterna (con pilas, claro), si es frontal es más cómoda.

Y a partir de ahí, un montón de cachivaches más, a gusto del consumidor.

Las primeras pruebas se hacen con ISO muy alto (en mi caso probé con ISO 12800) y ayudan a componer bien la imagen y comenzar a hacer los primeros cálculos de por dónde irá la exposición adecuada para obtener una imagen correcta. No nos preocupa el resultado en esta fase: son fotos para borrar.

Algunas de las pruebas

Aprovechamos para asegurar que el horizonte está nivelado, con ayuda de un nivel de burbuja (algunas rótulas los llevan o con uno de mano) o electrónico si la cámara dispone de él.

Se ajusta el enfoque de forma manual (si se hace en AF hay que acordarse de quitarlo una vez esté enfocada la foto, para evitar que en el siguiente disparo vuelva a empezar a buscar el foco) enfocando el punto de central (o el sujeto central) con ayuda de una buena luz (linterna potente, puntero láser, etc.) y usando el modo más largo del objetivo para precisar más el enfoque.

Se apuesta por un diafragma en el que tengamos buena calidad (el que sepamos el que mejor más rinde el objetivo que usamos) y que nos proporcione una adecuada profundidad de campo. Usamos varios, aunque nos decantamos por f 7,1 o los más inmediatos.

La ermita. Color desaturado.

Bajamos la sensibilidad de la cámara de esos 12800 que seleccionamos para las pruebas a ISO 320, un valor que no añadirá apenas ruido (ruido electrónico en la imagen que parece “nieve” y que se produce con ISO muy altos, no el de los mecanismos de la cámara) en la imagen y que nos permite acortar el tiempo de las exposiciones.

También hay que corregir la temperatura de color, fijándola yo en este caso en 2500K (la más baja que me permite mi cámara) a fin de que los blancos de la imagen sean de verdad “blancos”. Esto hace que la luz de los flashes que utilizaremos salga de un marcado tono azul, por lo que hay que recurrir a colocar filtros cálidos (la gama de los rojos) en los flashes, para equilibrar la luz y que el resultado sea blanco o muy cercano al blanco.

La ermita nova del Chapitel y la casa del capellà. Color desaturado.

Cuando estos parámetros están ajustados hay que comprobar que además tengamos la cámara debidamente configurada con reducción de ruido adecuada, el espejo inhabilitado (o no, para exposiciones largas no es necesario), reducción en ISO alto y algunas cosillas más.

Y, entonces, hacemos ya la primera foto. De acuerdo a los cálculos hechos previamente, la exposición tendrá una duración determinada. Si no hemos hecho los cálculos porque no sabemos cómo hacerlos o por pura pereza, podemos escoger un tiempo de exposición y comprobar si nos hemos pasado o nos hemos quedado cortos.

Durante el  tiempo que dura la exposición (en el caso del que hablamos fue de entre 5 minutos y medio y 6 minutos y medio) aprovechamos para darle con el flash (lo que llamamos “pintar”) a los elementos, en este caso, la ermita y el caserón adjunto, en cantidad y dirección adecuados. Podemos pasar tranquilamente por delante de las cámaras mientras están exponiendo porque (a causa de la ínfima luminosidad de la noche) no vamos a aparecer, pero mucho ojo a las luces que podamos llevar (no confundir con “no tener luces”)  como el piloto del flash, linternas, móviles, etc. porque éstos sí salen en la foto.

Es fácil que ante tantas cosas que puedan salir mal, algo salga mal (Murphy dixit): el flash no se dispara o lo hace cuando le apetece, la cámara no acaba nunca de procesar la imagen, se acaba repentinamente la batería, un avión cruza el cielo dejando una línea luminosa, etc.

Como hay que esperar que transcurra el tiempo de exposición y el del procesado de la imagen en la cámara, siempre hay tiempo para hacer alguna tontería.

Sin comentarios.  Foto: Raúl González

Cada sesión de fotos nocturnas ha contado con sus anécdotas y vivencias que algún día habrá que recopilar y publicar pero que son tan importantes (yo creo que más) que el resultado final. 




Fotos: Raúl González, Alfonso Lario y mías.





6 comentarios:

  1. Guauu, sois unos verdaderos expertos. Porque claro hay quien se fija en la técnica (muy importante, por cierto) pero descuida otras cosas que pueden arruinar la sesión: una buena cenita, llevar objetivo para tu réflex, baterías para el flash y muy importante una buena sesión de tontunas acompañadas de risa floja ;D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotros nos entrenamos para este tipo de actividad, quiero decir que nos entrenamos para la tontuna,lo demás (las fotos, llevar el equipo, no dejarlo olvidado, etc.) es pura casualidad :D

      Eliminar
  2. Perfecto resumen de las aventuras y desventuras de la fotografía nocturna, siempre sujeta a imponderables y a los peligros que plantea la imaginación de los compañeros.
    Cuantas veces no nos habremos visto corriendo a oscuras con el flash en la mano para conseguir la iluminación imaginada, normalmente no por el corredor, para acabar al borde del desastre y patas arriba en mitad del campo. Magullado y con el brazo en alto cual atleta olímpico portando la antorcha para conseguir salvar el flash, que no la foto.
    Otras veces limpiando el objetivo 20 veces porque hay una condensación salvaje y, cuando por fin consigues una decente, en casa ves que está trepidada.
    Por eso yo siempre digo lo mismo, por lo menos llevemos algo bueno para el paladar que eso no nos lo quitará nadie.
    Saludos desde Mallorca.
    p.d.: con tu permiso lo enlazo en el facebook, que tengo un amigo interesado en las nocturnas al que le vendrá muy bien saber a qué se expone.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que cuentas es como si ya lo hubiera vivido. En esta ocasión, no tuvimos condensación pero, en mis últimas fotos, aparecía una mancha. "Tienes una mota de polvo" me dijeron. No,lo que había era un insecto echándose un sueñecito sobre la lente (debía estar fresquita, no le puedo culpar)y dejando su marca en la imagen.
      Son un montón de anécdotas, desde luego.Y las que nos quedan.
      Puedes pasarle el enlace a tu amigo sin problemas, todos los que quieras,por supuesto.
      Ya iré subiendo más crónicas de estas.
      Hasta pronto

      Eliminar
  3. Buen reportaje, yo también anduve por allí hace algún tiempo. Muy cerca hay unas rocas muy interesante a las que le tengo ganas. Si te animas hacemos una salida algún día. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. A ver si hacemos un hueco que coincida con las agendas. Ah, suerte con tus dos próximas actividades, van a ser un éxito.

    ResponderEliminar