sábado, 31 de octubre de 2015

SEIS CARRICEROS



Otro amanecer en el Algar. 

De nuevo otra estupenda mañana de anillamiento en el río Algar con no menos estupenda compañía. Un vez más, a Toni, a Marta y a mí nos sorprende el amanecer colocando las redes (hoy ponemos cinco) y las aves empiezan a caer, a un ritmo más perezoso que otros días, pero de manera continua. Quizás el fresco de las primeras horas de la mañana haga que las aves estén más tranquilas.

El río, en el tramo en el que anillamos.


Las nubes se asoman por Bérnia.

La temperatura va subiendo conforme pasa la mañana y la Sierra de Bérnia, que siempre es nuestro fondo natural, va acumulando nubes sobre ella como si quisiera que las previsiones meteorológicas que hablan de lluvias se cumplan.  De todas formas, el Sol “pica” (en valencià diem “sol d’aigua”) y para conseguir un poco de una muy necesaria sombra tenemos que colocar la red de camuflaje en un lateral de la caseta, como hacíamos en pleno verano.

A media mañana hay que poner algo que nos dé sombra. 

Deben ser cosas de esta extraña estación a la que llaman “veroño”.

Conseguimos un total del 29 ejemplares repartidos por especies de la siguiente forma:

Carricero común             6
Curruca cabecinegra      3
Curruca capirotada         3
Lavandera cascadeña    1
Mirlo común                    1
Mosquitero común         11
Petirrojo                           2
Ruiseñor Bastardo          2

Petirrojo.

Mirlo común.

Apuntando los datos.

Anilla.

Un sin parar.

Comprobando el nivel de grasa acumulada.

Pesaje: método "hipnótico".

Pesaje: método "cubilete del parchís"  (mejor, para el caso, "de la oca").

Comprobación de la edad de un petirrojo.



Lo dicho: un sin parar.

Destaca el número de carriceros comunes, ya en unas fechas algo tardías para la especie.

El aumento de la temperatura anima a moverse también a los insectos y encontramos varias especies de mariposas y de caballitos del diablo. No todos se dejan fotografiar, aunque lo intentamos cada vez que tenemos ocasión.

Calopteryx haemorrhoidalis.

¿De quién será esta sombra?

De esta avispa con cara de pocos amigos.

Hoja de ricino con "bichito".

Otro insecto.

Dos cormoranes grandes patrullan el cielo y desaparece río arriba. También algunos pequeños bandos de estorninos pintos pasan volando y el martín pescador deja oír su canto pero elude las redes.

La combinación de buena temperatura y humedad ayuda a que aparezcan setas.

Almorzamos y el café con leche y la coca de almendras nos vienen de maravilla para reponer fuerzas y salir del sopor del madrugón. Se nos incorpora Pau, un joven aficionado a las aves y que se lo pasa en grande anillando.

Sacando un pájaro.

En busca de libélulas.


Pau y Toni leyendo información sobre aves.

En busca de mariposas.


También recibimos la visita de José y su hija Claudia, quien ya estuvo aquí con su colegio en una jornada de anillamiento. Libera a varias de las aves ya anilladas y le enseñamos el conjuro y las claves hipnóticas para inmovilizar a los pájaros☺. No es que las hayamos aprendido precisamente en Howarts, pero hacen efecto y sorpresa, casi siempre más en los niños que en las aves.

Mosquitero "hipnotizado".

¿Esto sería "electricidad verde"?

Hoja de caña vista a contraluz. 

Las nubes van cerrándose sobre Bérnia y pasados unos minutos del mediodía recogemos las redes y todo el chiringuito, yéndonos a tomarnos una merecida cervecita (o refresco) a El Portet, donde entre trago y trago, nuestro frikismo ornitológico nos lleva a seguir el paso de los cormoranes grandes o el agrupamiento de gaviotas reidoras

Llum d'aigua.

Lo que tenemos con los pájaros no es normal...  bueno, a lo mejor los que no son normales son los demás (jajajaja).

La tradicional foto de grupo.


Con unos esbozos de planes para la próxima semana, damos por finalizada la sesión.


domingo, 25 de octubre de 2015

SENTIRSE VIVO


Si nos paramos un momento a pensar, puede que nos demos cuenta que todo aquello que de verdad nos llena el alma no es material, sino todo lo contrario, es etéreo, no está en ningún lugar concreto y a la vez puede estar en cualquier sitio. Permanece en el instante, se conserva en la nostalgia del pasado o tiene el guiño cómplice de la esperanza del futuro. No podemos retenerlo, dura ese preciso y precioso momento en que podemos alcanzarlo o, más bien, fugazmente rozarlo.

Pero, ¿dónde encontramos la felicidad, la verdadera felicidad, la que nos recorre el cuerpo como una regeneradora y vital corriente de energía? 

Para hallarla ni siquiera es necesario irse lejos, ni tener peso en los bolsillos y, a cambio, nos permite llenar los años de vida, en lugar de llenar la vida de años.

Ese sentimiento nos hace sentir que estamos vivos y sé que está detrás del brillo de una sonrisa, en el alegre cascabel de una voz amiga, en el suave calor de la piel, en un rato sin prisas que se alarga, en el descanso del espíritu cuando contempla un paisaje, en el amor (o el cariño, o la amistad, o como queramos llamarlo: es lo mismo con difusas intensidades), en una sencilla y divertida complicidad, en la música de la poesía y en la poesía de la música, cuando nos sumergirnos en los silencios de los grandes espacios, en el brillo multicolor de las plumas de un pájaro (¡cómo no!), en cumplir el permanente objetivo de buscar la belleza, en disfrutar de lo simple y natural, en el susurro del viento entre las hojas, en inundarnos con el olor del pino y con el del mar o con el de la tierra húmeda, en el asombro ante un cielo rebosante de inalcanzables estrellas…

Y eso es lo que realmente me llena.






sábado, 24 de octubre de 2015

EN BUSCA DEL BILISTADO

Comprobando la fórmula alar de un mosquitero común.

Nueva sesión de anillamiento en el río Algar, esta vez con la esperanza puesta en poder capturar algún ejemplar de mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus), especie que en los últimos días ha mostrado una irrupción migatoria. De hecho, el dmingo anterior fue visto en el Algar (Toni Z, Toni Mulet, Jana, Miguel Ángel Andrés) y días después en otro punto del municipio (cita de Willy).

No lo conseguimos, pero sí anotamos 25 capturas. Entre ellas destacan tres ejemplares de carricero común, en una fecha ya tardía para esta especie.

Celebrando la captura del carricero.

Esas pequeñas marcas en la lengua delatan la edad.

Carricero común.

El resultado ha sido:

Pardillo común (1 ex.).
Curruca capirotada (5 ex.).
Petirrojo (6 ex.).
Mosquitero común (6 ex.).
Mirlo común (1 ex.).
Carricero común (3 ex.).
Ruiseñor bastardo (1 ex.).
Jilguero (1 ex.).

Jilguero.

Con un mosquitero y un jilguero a punto de ser anillados.

Petirrojo.

Montamos con el alba y la mañana aparece sin lluvia y sin viento, algo muy distinto a la anterior ocasión en que coincidimos Violeta, Marta, Toni y yo. El cielo nublado que favorece el número de capturas y la actividad de las aves que se prolonga algo más de lo que ha hecho en días soleados y más cálidos.

Amanece y el cielo se incendia.

Un café con leche calentito y una coca boba casera nos ponen las pilas para ir funcionando, algo necesario y eso que hoy el madrugón ha sido más suave.

Flor de níspero.

Podemos observar cormorán grande, un posible aguilucho lagunero, ánade azulón, garza real, una gran rapaz sobre Bérnia (¿buitre leonado?, ¿águila real?), paloma torcaz, mito, lavandera cascadeña, ratonero y otras aves.

Escuchamos el canto de un torcecuellos y el del martín pescador, ave que Violeta quería ver pero que hoy se nos ha resistido, algo curioso en un año que está resultando muy pródigo en capturas de esa especie. Habrá que intentarlo otra vez y pronto.



Como siempre, resulta muy llamativo el fenómeno de la migración, con el hecho de que animales tan pequeños como un mosquitero común que ha pesado 6,4 g (una moneda de un euro pesa algo más de 7 g) sea capaz de superar viajes de miles de kilómetros en busca de más alimento, superando el esfuerzo físico del viaje y toda clase de peligros (depredadores, accidentes, mal tiempo, cazadores, etc.).

Asegurando la identificación.


O ver cómo algunas aves han ido acumulando grasa en sus cuerpos (en ocasiones más de un 60%) para poder tener fuerzas para ese viaje que en muchos casos les llevara a África ecuatorial o más al sur.


Extrayendo un ave.


La humedad y la temperatura han favorecido la aparición de algunas diminutas setas.






Luciérnaga. Cada vez cuesta más verlas.

Detalle del ala del jilguero.



Lo hemos pasado estupendamente en este rato de anillamiento, mientras hemos ido haciendo nuevos planes.

El Zaragozi's Ringing Team de hoy.