domingo, 8 de octubre de 2017

PAJAREANDO POR EL HONDO



Después de que en la jornada anterior la lluvia cayera por casi toda la provincia, hoy nos acercamos a El Hondo a ver cómo está la cosa de pajarerío. La mañana es templada y las nubes van y vienen, sin llegar a llover. La primera sorpresa es la presencia de una garceta grande en la charca del centro de interpretación. El animal va a su aire y no recela mucho de los visitantes, dedicándose a comer y poco más.

Garceta grande y fochas morunas.

Las cercetas pardillas también parecen dedicarse a lo mismo, mientras que un grupo de moritos está arreglándose el plumaje. Uno de ellos lleva una anilla de PVC pero tiene la pata replegada todo el tiempo que le dura el acicalamiento (más de diez minutos)  y para cuando la saca lo hace dándose la vuelta y ocultándose tras la vegetación. Como no estoy seguro de lo que he podido leer no la tengo en cuenta.

Moritos.

Hay un buen número de anátidas y cerca se posa un pechiazul (ahora llamado ruiseñor pechiazul) que es el primero que veo esta temporada. También una garceta común se pasea en busca de comida.

Pechiazul.

Garceta común.


Zampullín común.

Entre la vegetación han crecido dos largos picos. O eso o es que hay un par de aves ahí. Miro con cuidado y hay dos agachadizas comunes, tomando el sol y muy tranquilas. Solo el paso de una vociferante tribu familiar ciclista les pone en alerta y se mueven un poco (tampoco mucho) para estar más ocultas. Un bisbita común (ahora pratense) pasa con esos andares tan divertidos. Veo otro bisbita pero no puedo llegar a distinguir la especie.

Agachadiza común.



Camuflaje.

Algunos aguiluchos laguneros sobrevuelan la vegetación y un águila calzada (fase clara) pasa hacia el sur sin mucha prisa.

Unas doscientas golondrinas comunes (hay algunas dáuricas entre todas ellas) y medio centenar de aviones comunes van volando hacia el sur, deteniéndose algunos minutos para comer por aquí.

La mariposa tigre sigue activa igual que caballitos del diablo y libélulas. Y los mosquitos, porque me he vuelto con dos buenos picotazos.

Mariposa tigre (Danaus chrysippus).


En el observatorio del fondo sigue escasa el agua. Tres flamencos (uno con anilla, ilegible por la distancia) se pasean al fondo mientras que 15 chorlitejos chicos corretean en busca de comida. Un poco más adentro y cerca de un archibebe común, un chorlitejo grande hace lo mismo. A punto de irme, llega una lavandera boyera.

A la una damos la vuelta y para casa. La garceta grande sigue a su rollo en la charca del centro de interpretación y las golondrinas siguen pasando sobre nosotros.


A la garceta grande no parece importarle mucho la presencia de los visitantes.


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