sábado, 28 de mayo de 2016

FOTOGRAFÍA NOCTURNA EN LA CALA DEL XARCO



Ayer, gracias a la invitación del Grup Ecologista Xoriguer y en su nombre la de mi gran amigo Toni Zaragozí hice un sencillo cursillo de iniciación a la fotografía nocturna. Primero, en la sede social del Xoriguer, tuvimos una pequeña charla introductoria en la que expuse los principios más elementales y vimos algunas fotos, incluidas las del anterior cursillo (ver).

En la charla.

Acabada la presentación, nos fuimos a la cercana Cala del Xarco, donde cenamos y comenzamos a probar lo que habíamos hablado anteriormente. Antes de que llegara la oscuridad aún pudimos disfrutar del pajarerío y vimos chotacabras, roquero solitario y muchas gaviotas en paso hacia los dormideros, haciendo formaciones en “V”. Los grillos pusieron la nota musical a la sesión, a veces formando coros y otras con intervenciones de destacados solistas.

Una picaeta antes de empezar.

Duelo en OK Xarco Corral. A pesar de los disparos, no hubo heridos.

Aquellos que no la conocían, subieron hasta el pie de la torre, hito paisajístico de referencia en toda la zona y que fue construida en el siglo XVII para defender la costa de ataques de piratas (ver).

Itzíar practicando.

Exponiendo.


Rocas en el mar.


El cielo mostraba algunas nubes pero nos dejó ver algunas estrellas y planetas. Hicimos varias pruebas y nos fuimos sorprendiendo de los resultados que íbamos sacando. El agua se convertía en humo, aparecía luz donde no había más que oscuridad, las estrellas brillaban sin que pudiéramos verlas y hasta fuimos capaces de escribir con luz, que, a fin de cuentas, es lo que significa la palabra fotografía (foto= luz, grafía=escritura).

Escribiendo con luz.

Una vez más, todos aprendimos, y yo el primero, de lo que me alegro, porque opino que el que crea que ya lo sabe todo, nunca querrá aprender más.


Muchas gracias a Toni, al Xoriguer y, sobre todo, a los participantes. Espero que, como dice Rick (Humphrey Bogart) en Casablanca, esto sea el principio de una hermosa amistad.

El grupo.




Más información sobre fotografía nocturna: aquí

martes, 10 de mayo de 2016

PETRICOR



No. No es un nuevo centro comercial. Es algo mucho más natural y desde luego muchísimo más relajante.

Recordad esos días de lluvia (ya sé que es difícil y que hace mucho que no llueve, pero haced un esfuerzo, que no tendréis agujetas) y sobre todo haced memoria de esos momentos en que se detiene el aguacero tras un largo periodo de sequía y todo el ambiente se llena de olor a tierra mojada.

Eso es el petricor.

En momentos así es cuando nos llega el petricor.

Pero no es el suelo mojado el que crea el petricor. Es el fruto de una reacción metabólica de unas actinobacterias sobre ciertos aceites emitidos por algunas plantas. Sorpresa. Unos microscópicos bichos (o casi bichos) actuando sobre moléculas de aceite vegetal, crean un aroma tan extenso y agradable que la memoria es capaz de albergarlo para siempre.

La Real Academia de la Lengua aún no ha acogido este término pero todo llegará, sobre todo después de haber admitido cosas como almóndiga, murciégalo, toballa o culamen (sí, no te rías, que es cierto y asín (también) figuran en el último diccionario) y cuando lo haga ya podremos ponerle nombre de forma oficial.

De todas formas, creo que decir “olor a tierra mojada” es más acertado. O por lo menos más emotivo.

Unas pocas gotas han caído sobre el suelo cuarteado: huele a tierra mojada.